lunes, 31 de octubre de 2011

COMIENZO


Hoy es la víspera de todos los santos. Voy a obviar el nombre anglosajón que a fuerza de verlo y oírlo por doquier se ha transformado en algo absolutamente devaluado y hortera, y ha hecho que éste nuestro tradicional día de difuntos (aunque ése se celebra pasado mañana) parezca algo mucho más estiloso.

Hoy me parece un buen día para empezar un blog, como cualquier otro, pero éste es significativo por las connotaciones tétrico-festivas de la jornada. Porque desde mí ya lejana infancia (relativamente lejana si lo vemos desde un punto de vista cuántico), siempre me he sentido morbosamente atraída por la muerte y las manifestaciones artísticas que la han tomado como inspiración. Me viene en éste momento a la memoria el título de ése juego inventado por los surrealistas: El cadáver exquisito….que evocador. Un cadáver para chuparse los dedos, como el del pavo asado que algunos suelen comerse en grandes celebraciones, o mejor aún, el bonito cochinillo que ofrece con generosidad toda la amplitud de su espalda a los comensales. Morbo y comida todo en uno ¿Quién puede pedir más?

Me he desviado del tema. Os voy a contar, para quien no lo recuerde, cómo se juega a ese juego que puede resultar hasta exotérico si se mira bien. La cosa es que entre varias personas han de construir una frase de la siguiente manera: La primera escribe secretamente un nombre, que será el sujeto, en éste caso sería el cadáver, el siguiente algún atributo o adjetivo, otra persona, escribirá un verbo, la siguiente, un predicado, se puede estirar según el número de participantes. Por supuesto nadie sabe lo que los otros han escrito hasta que cada uno dice su palabra y se juntan todas. Al final tenemos una frase que puede resultar absurda a primera vista, pero que, si lo sabemos ver, seguramente encierra algún significado sorprendente…